Cabo de Gata Al sur del Mediterráneo
Mira al Mediterráneo llena de luz, luz de sus calas y playas vírgenes, en las que el sol parece no esconderse nunca, un rincón de Europa deseado que presume de un mar que a cada paso que a contrasta con lo rocoso de sus montañas.
La sucesión de culturas, el paso del tiempo, lo lleva escrito en sus monumentos milenarios que hablan de contrastes y de la riqueza de una historia que es fruto del legado que numerosos pueblos dejaron a su paso. Al sureste de España, Oriente y Occidente se dan la mano en este enclave estratégico, cosmopolita, donde multitud de miradas, nacionalidades venidas de todas partes se cita antes y ahora.
VISTA DE LAS CALAS
Es hablar de patrimonio, oferta cultural y ocio, distinguidos por vivir inmersos en un espacio natural al alcance de quien lo visita. Verá ante sus ojos una comarca tranquila, cálida y tímida que se esconde entre la montaña y las playas. Un tesoro de la naturaleza donde encontrará el primer parque marítimo-terrestre de Andalucía, el Parque Natural de Cabo de Gata, de origen volcánico, donde quedará sorprendido por sus vistas y sus fondos marinos.
El camino hacia Cabo de Gata invita a no perder detalle. A sólo unos kilómetros de la capital, un pueblo de da nombre al parque, con un reconocido valor ecológico, Parque Natural, Reserva de la Biosfera y primer Geoparque de Andalucía. La expectación se apoderara del visitante en cada punto de la ruta.
Recomendaciones
La visita al Centro de Visitantes de Las Amoladeras, donde de manera didáctica, se exponen las principales características del entorno, contemplar in situ cómo crecen los azufaifos en la llanura de costera de Reserva Las Marinas – Amoladeras o la estopa litoral que hay cercana.
LA FABRIQUILLA
La antigua explotación salinera de Cabo de Gata nos muestra con curiosidad los orígenes de las poblaciones del Parque, en la pedanía de San Miguel, la playa más extensa de este entorno. Siete Kilómetros de costa bastan para comprobar cómo se mantiene la tradición de la pesca artesanal que practicaban estos núcleos desde el siglo SVIII, en un lugar que está rodeado de fortificaciones de la época de Carlos III.
Otro momento que no tiene precio es la visita a las albuferas naturales de las Salinas de Cabo de Gata. Rodeadas de una reserva natural de más de un centenar de especies de aves limícolas como la cigüeña, el flamenco rosado e el corre limos, continúan activas y al alcance de su retina.