Desde la misma Bodega de Alboloduy se acuñó para su oferta enoturística el término de ‘Alpujarra desconocida’ con el que nombrar y definir al mismo tiempo la zona en la que está enclavada. Y es que su preocupación no es solo la de vender sus vinos, sino la de generar un movimiento económica en una comarca que tiene mucho que ofrecer y que disfruta todavía de la capacidad de sorprender.
La bodega está integrada en la denominación de Vino de la Tierra Ribera del Andarax, y su ubicación es el Paraje de Alcozáyar, justo a la entrada del pueblo de Alboloduy. Se trata de un proyecto familiar basado principalmente en la pasión por el vino, por la tierra y por la formación, todo ello conjugado en un padre y una hija, la enóloga, que da nombre a una de las joyas que produce.
El Colección Cristina Calvache Blanco de Alboloduy es un despertar del placer de entre los jóvenes, crianzas y reservas que produce la bodega. Su color pálido reconforta, sus aromas frutales a manzana, mango y albaricoque maduro endulzan sin paladear, y ya en boca se equilibra con la acidez justa, con ciertas salinidad y mineralidad y con potencia. Es persistente, y se deja saborear hasta el final.
Su ficha técnica desvela que procede de viñedos situados en el Paraje de Montenegro, a una altitud media de 1.000 metros, cultivados en vaso sobre suelo pizarroso en secano. En el proceso de elaboración se hace despalillado, estrujado y prensado suave de las uvas. La decantación se hace por frío y la fermentación del mosto se extiende un período de 15 días en depósitos de acero inoxidable.
Así se elabora uno de los productos estrella de una bodega con capacidad para unos 80.000 litros, equipada con una moderna y dos salas de barricas de roble americano y roble francés. En laboratorio se crea la idea y se controla su desarrollo, y las visitas tanto al entorno como a las instalaciones son algo con lo que se convive casi en el día a día de esta aventura ya consagrada.
De hecho, ofrece cursos de iniciación a la enología y cata de vinos que incluyen hasta el transporte desde la ciudad de Almería y el almuerzo, alpujarreño, como no. Además, y con la conciencia comarcal muy definida, su propuesta es también la de excursiones de uno o dos días a esa ‘Alpujarra Desconocida’ que quieren hacer de todos y para todos.
En ese sentido, los lugares de visita se sitúan en varios municipios del entorno más cercano e incluso algo más distantes, como Santa Fe y su yacimiento arqueológico de Los Millares. Se mezcla el turismo, la cultura y la enología como si de un caldo que después es embotellado se tratase. Los paisajes, la historia y las costumbres de la comarca se ven apoyados por excelente y unos grandes vinos.
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